Organizaciones deportivas que no logran definir, ordenar o implementar sus objetivos estratégicos.

Equipos de trabajo desalineados, sin liderazgo claro ni estructura funcional.

Profesores que actúan como mandos medios sin herramientas para liderar, comunicar ni contener emocionalmente.

Comunicación interna que no conecta, no motiva y no traduce la visión institucional en acciones concretas.

Instituciones que quieren evolucionar sin perder su identidad ni su vínculo emocional con atletas y comunidad.

Atletas que enfrentan desafíos emocionales sin acompañamiento adecuado (solo si el contexto lo requiere).